Su semblante era capaz de enamorar a dioses y
mortales, una mirada como el mar que guardaba los secretos del universo en
ella.
Tan gélida que no te transmitía ningún sentimiento,
tenías que estudiarla como una materia en la que siempre reprobabas.
Trae una
coraza con ella. Rasgaduras y heridas del pasado, de las que no quiere hablar
ni volver a recordar, son memorias desechadas que no traen nada más que
nostalgias al removerlas. Por más que los estigmas del pasado la persigan se
mantiene fuerte.
Prefiere
mantenerse bajo perfil y no llamar la atención, por más estrafalaria que sea. Es de las personas más agradables y
aunque parezca vulnerable no lo es, puede
que guarde con ella la caja de pandora. Es mejor no desatar su ira.
No depende
de un compromiso sentimental para ser feliz, ya quemo esa etapa. Solo vive el día
a día y si el futuro le depara alguien con quien estar lo aceptara, pero por
ahora solo se preocupa de ella misma.
Y aunque
el café y la lluvia no sean de su agrado, podrás entablar una buena conversación con ella, hablando desde caricaturas hasta de cuantas veces en la vida se ha
topado con una estrella fugaz.
Es de
esas pocas personas que dejan una marca indeleble en poco tiempo. Y si la ves
llorar… conserva la calma y no huyas, quédate y contempla lo hermosa que se ve
revelando su humanidad.
Un nuevo caos.
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