Me
enamore.
Y me
entregue por completo a ella, y sin nada más, desapareció de mi vida. No juzgo
el motivo por el cual se marcho, sé que no use las palabras correctas, pero no
era suficiente motivo como para echar por la borda todo lo bonito que habíamos
construido.
Admito
que la ame con toda mi alma, admito ser sincero y respetarla siempre.
Tengo la moral para decir que le fui fiel
hasta con el pensamiento. Sus recuerdos están en mi memoria, vivos en mi
corazón. Si estás leyendo esto. Estoy aquí, esperando una señal de tu parte.
Aún
estoy en espera de una llamada o tan siquiera de un mensaje para saber que
necesita de mí, para ir corriendo por ella. Estoy aquí con miedo, tengo temor
de que nunca me necesite y no volver a escuchar su voz.
En
medio de la madrugada me levanto como loco imaginando que suena mi celular con
la esperanza de que seas ella.
Me
hace falta su aroma, poder acariciar su piel, su cabello, me haces falta.
Ando
vagando paso por las zonas que frecuenta visitar con la esperanza de verla, no
la encuentro, parece como si se la hubiera tragado la tierra y no haya dejado
rastro, sus amistades me dicen que no la busque, que ya está mejor, mis
amistades me dicen que me hago daño cada vez que la recuerdo.
Tengo
la esperanza de que volveremos a estar juntos, solo falta una señal de vida, de
su paradero, una señal de auxilio para
ser su héroe e ir a buscarla.
Solamente
espero que me necesite como yo la necesito a ella.
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