Mientras
me encontraba releyendo nuestra conversación, me di cuenta que no quiero
recibir tus migajas de pan, no soy un mendigo ni pretendo serlo, quiero irme
sin causar daño, quiero dejar las cosas en paz aunque tenga que recordarte
siempre y sean tan frías tus memorias como el beso de un Dementor.
Quiero
creer que haces las cosas sin querer, no te puedo obligar a nada. Tengo que ser
mi prioridad ante todo, debo empezar a valorarme y ser feliz, ya llego mi turno, mentiría al decir que ese instante a tu lado no fui feliz, pero
tampoco fue sano.
No sé
si en algún momento mentiste, total ya
carece de importancia, yo si podré decir que nunca mentí en lo que te decía y
fue una lástima que siempre desconfiaras de mí.
Me
molesta tanto tu semáforo emocional, me haces pasar de la risa a la rabia en
cuestiones de segundo, no puedo decir que te quise o que te amé porque
mentiría, pero si te tengo aprecio por lo vivido, aunque fuese más rápido que
una estrella fugaz, no digo que me despido solo diré lo que dices tú; el tiempo
dirá lo que pasara después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario