lunes, 21 de agosto de 2017

Vagando.


Me enamore.

Y me entregue por completo a ella, y sin nada más, desapareció de mi vida. No juzgo el motivo por el cual se marcho, sé que no use las palabras correctas, pero no era suficiente motivo como para echar por la borda todo lo bonito que habíamos construido.

Admito que la ame con toda mi alma, admito ser sincero y respetarla siempre.
 Tengo la moral para decir que le fui fiel hasta con el pensamiento. Sus recuerdos están en mi memoria, vivos en mi corazón. Si estás leyendo esto. Estoy aquí, esperando una señal de tu parte.

Aún estoy en espera de una llamada o tan siquiera de un mensaje para saber que necesita de mí, para ir corriendo por ella. Estoy aquí con miedo, tengo temor de que nunca me necesite y no volver a escuchar su voz.

En medio de la madrugada me levanto como loco imaginando que suena mi celular con la esperanza de que seas ella.

Me hace falta su aroma, poder acariciar su piel, su cabello, me haces falta.

Ando vagando paso por las zonas que frecuenta visitar con la esperanza de verla, no la encuentro, parece como si se la hubiera tragado la tierra y no haya dejado rastro, sus amistades me dicen que no la busque, que ya está mejor, mis amistades me dicen que me hago daño cada vez que la recuerdo.

Tengo la esperanza de que volveremos a estar juntos, solo falta una señal de vida, de su paradero,  una señal de auxilio para ser su héroe e ir a buscarla.

Solamente espero que me necesite como yo la necesito a ella.   

Vivos recuerdos.

-Esto es difícil… ¡vaya que lo es!- Eso pensaba mientras releía por enésima vez la carta que te daría el día en que me dejaste plan...