martes, 20 de febrero de 2018

Desde que te fuiste.




Estoy bien –o por lo menos trato de estarlo- Desde que supe que te irías de mi lado, pensé que moriría pero ya ves, sobreviví -Aquí es cuando dices que exagero-.

Ha sido difícil algunas mañanas despertar, toparme con tu ausencia y darme cuenta que ya no puedo darte los buenos días. Ahora duermo temprano y a veces sueño contigo, sueño que aún estamos juntos y que la realidad es solo una mentira.

Ya mi celular no suena como antes, cuando a cada momento estábamos hablando de cosas tan insignificantes, pero que parecían lo más importante porque no queríamos dejar de hablar. Ya no tengo como molestarme porque dejaste de responderme a altas horas de la noche gracias a que te quedaste dormida.

No sé si me hiciste un bien, pero creo que preferiría el mal, que no sería tan mal, porque estaría a tu lado. Cuando leas esto, no pienses que te he olvidado, solo que estoy tratando de acostumbrarme a tu ausencia –La cual no me gusta para nada-.

Evito escribirte o llamarte porque no servirá de mucho, y cuando a veces suena el timbre de mi casa, salgo disparado con la esperanza de que seas tú, con las maletas y que con tus ojos me digas que estás de vuelta para quedarte, pero no termina siendo así, aunque no pierdo la esperanza de que eso llegue a pasar.

Me torturo viendo lo feliz que sales en las fotos que publicas en tus redes y he visto que has cumplido tus sueños de viajar –Pero falta la parte del sueño donde yo era tu compañía en esos viajes, solamente quedo en eso…un sueño-.

Este proceso de aceptación de que te fuiste es tan jodidamente complicado que me hace contradecirme a cada momento, digo que estoy bien y que acepto el hecho de tu partida, pero me duele todo esto, tu ausencia hace que mí corazón se contraiga de una manera tan dolosa que me hace querer olvidarte en un abrir y cerrar de ojos, pero también por dentro le grito al silencio que me haces falta y que quisiera correr de nuevo a tus brazos.

El hecho es, que te fuiste y me estoy desangrando aunque no se perciba una sola gota de sangre. Creo que todo está en mi mente, quiero despertar de esta pesadilla… por favor despiértame rápido con un beso en la mejilla y susúrrame al oído que el desayuno está listo.


Un nuevo caos y una chica anónima nuevamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Vivos recuerdos.

-Esto es difícil… ¡vaya que lo es!- Eso pensaba mientras releía por enésima vez la carta que te daría el día en que me dejaste plan...