viernes, 16 de febrero de 2018

Necesité de ti.



Necesité de ti, en mis días grises, donde me sentía atrapado en un agónico laberinto pero no estabas.

Donde solo me acompañaba un cigarrillo, el cual no quería fumar porque me haría sentir más solo de lo que ya me encontraba.

Necesité de ti y de tus labios que son mi droga, ya que en ellos siento que muero y renazco pero que cuando lo hago siento el daño que causan ellos en mí.

No has podido salir de mi cabeza y no quiero expulsarte, no encuentro forma ni motivo porque es tan majestuosa como un amanecer a la orilla del mar.

Y sólo ésta pregunta rondaba en mí cabeza, ¿por qué ella es tan perfecta? Y no en el sentido erróneo de creer perfecto a alguien por su físico. No, ella es todo eso que cualquiera soñaría con poder tener y que yo perdí.

En tal caso si merezco estar solo y seguir necesitando de ti, estoy cumpliendo con mi castigo eterno, recordarte mientras vago por los callejones de la miserable vida que dio inicio tras tu partida.


Un nuevo caos y una chica anónima.

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